LA IMPORTANCIA DE LA CULTURA: ES NUESTRO PRINCIPIO Y FIN.

La cultura de una organización, su misión, sus valores, son muy importantes; pues son los que hablan de la forma de ser de la propia institución. En este sentido una organización no habla sola, no tiene vida propia, le dan vida quienes forman parte de la misma; así en el caso de un ayuntamiento, como nuestro consistorio ramblero; son los trabajadores los que le dan vida, los que dan forma a ese armazón que es la casa de todos: mano a mano, codo con codo, con esfuerzo y tesón, se hace camino; así desde los operarios que limpian y embellecen nuestras calles, las señoras de la limpieza que ponen en orden todo, con integridad, precisión, pureza en cuanto hacen, los técnicos en cada una de sus especialidades, que supervisan las cuentas, administran los recursos, movilizan las acciones, disponen el trabajo administrativo; los animadores, trabajadores sociales, integradores, que hacen de la acción social una prioridad, y por supuesto la policía local, que garantiza la seguridad municipal, y tantas cosas; los educadores, técnicos de juventud, ludotecarios, técnicos de deportes, diseñadores...TODOS, todos ellos dan vida al CONSISTORIO RAMBLERO, hacen y ponen adjetivos a la cultura de la organización, a ellos va este cálido mensaje, pues muchas veces con nuestras críticas, por el descontrol dispuesto por el PSOE ramblero, se puede llevar a equivocaciones desacertadas, tratando de confundir, e incluso disponerles en contra de nuestra labor, como grupo, presentándonos como malvados que crispamos a la ciudadanía; por todo ello la importancia de la cultura como principio y fin de esta agrupación, porque la cultura, no es sólo ese concepto que entendemos; la cultura supone y viene de cultivar, de educarse e instruirse, primeramente como persona, y ahí es donde está el fundamento de todo, no en estos procesos chavacanos, barriobajeros, sin cultura ninguna, llenos de crispación y persecución, por saber de que lado estás; DEJEMOS A LAS MENTES PENSAR, A LOS CORAZONES SENTIR, A LA IMAGINACIÓN VOLAR LIBRE, y dejemos que los trabajadores den rienda suelta a su creatividad, en cada profesión, en cada tarea para la que estén especializados, para que así cultiven sus procesos, y la cultura y misión de su acción crezca desde lo personal hasta lo profesional. Si así ocurre, y si así hay unos gobernantes que lo promulgan, esto sucederá y el equipo hará del consistorio ramblero un gran edificio, no solo físico, sino social que tendrá una gran misión y unos valores de los que nos sentiremos orgullosos todos.